MARTINEZ LOZANO, CONSUELO PATRICIA / SOLIS DOMINGUEZ, DANIEL / GONZALEZ VARELA, SERGIO (COORD.)
Desde las uútimas décadas del siglo pasado y en los albores del siglo XXI, México ha perfilado de manera creciente expresiones y manifestaciones de violencia que parecen acelerarse y endurecerse día con día.
La vida cotidiana se ha convertido en el transito consuetudinario al interior de un pozo convulsionado y aterrador que alberga toda clase de agresiones sistemáticas; un agujero sin violencia, generadores de tanto dolor, sufrimiento y angustia para la población en general, es preciso cuestionarse respecto a los significados, percepciones y simbolizaciones cultivadas en el terreno de las subjetividades, que desembocan en manifestaciones y comportamientos sistemáticos de agresión, rechazo, odio, estigmatización y exclusión hacia las personas.
Este libro pretende realizar un ejercicio de entendimiento, a través de visiones múltiples, sobre las distintas formas en que la violencia se expresa y hace presente en diversos ámbitos y contextos, desde una perspectiva plural que abarca tanto el análisis teórico en el campo de la antropología y los estudios de la cultura, como los resultados generados por investigaciones de carácter cuantitativo respecto a la discriminación y la violencia en entornos migratorios, de género, y en poblaciones estudiantiles de bachillerato; pasando también por las disertaciones generales, no académicas de carácter ensayístico sobre la manera de percibir la violencia cotidianamente.
Este esfuerzo multidisciplinar que intenta diferentes aproximaciones a ciertos fenómenos en los que se evidencia y objetiva la violencia, encuentra su fundamento principal en una perspectiva asentada en la comprensión de los procesos sociales a partir de su carácter contextual y, sobre todo, simbólico.
Es decir, este documento parte, en general, de concebir y entender a la violencia y sus formas de manifestarse, como construcciones culturales que asientan su poder en la fuerza simbólica que constituye la semilla primigenia y motivacional para ejercer comportamientos de poder, control y dominio, basados en la configuración subjetiva de simbolizar, valorar y conferirle significados específicos a la alteridad, es decir, a las y los otros.
Aunque la violencia debe pensarse como una problemática compleja en la que confluyen factores de diversa índole ( económicos, políticos, sociales, institucionales, etc. ), es importante resaltar los elementos culturales y de configuraciones de sentido, profundamente internalizados y naturalizados en la subjetividad y pensamiento de los sujetos, que rigen y dotan de una lógica normalizada a las prácticas sociales en general, entre ellas, las que dan pauta a la materialización de la violencia.