La comunidad científica no ha llegado a un punto de acuerdo que permita diferenciar el tráfico de la trata, o el fenómeno de la prostitución voluntaria de las situaciones de trata con fines de explotación sexual. Escenarios que algunos académicos definen como inmigración para buscar trabajo en la prostitución, son descritos por otros como trata de mujeres.
Los primeros enarbolan el concepto de consentimiento, ya que privilegian al individuo y enfatizan la libertad individual; mientras que los últimos niegan la validez del citado concepto porque lo consideran irrelevante, ya que subrayan las estructuras y acentúan los procesos sociales.