Continúa la serie de ediciones sobre la serpiente. En estas páginas, nuestro horizonte se cubre de ofidios vencidos por la Virgen, y nuestras pesadillas se llenan de víboras infernales, cómplices del fuego que torturan a los pecadores. Así queda patente que, con estos animales, el horror como categoría paralela a la belleza toma una nueva carta de naturalidad en nuestra cultura