Durante el Virreinato, los palacios y sus tesoros alhajas, vestidos, muebles y ornato formaban parte de la lógica de la necesaria ostentación en la que se inscribía la nobleza. Actualmente, estos ámbitos y los objetos que los integran nos permiten lecturas insospechadas sobre las costumbres, las obsesiones, el sentido de la fantasía y la sensibilidad de los habitantes de la Nueva España