Hay que leer Retrato del artista adolescentes con ojos absolutamente inocentes, dejándonos conducir sólo por las palabras mediante las cuales se desarrolla una obra de arte. En esta dirección, el libro mantiene nuestro gozo durante todo la lectura siendo fiel a la existencia de ir contando las anécdotas de su protagonista sin interrumpir el placer narrativo.
Es el cuento de un muchacho llamado Stephen Dedalus, el alter ego de Joyce, y en él aparecen muchos eventos basados en la vida del escritor. El nombre del personaje hace clara referencia a Dédalo, el arquitecto y artesano de la mitología griega.