Oscar Wilde conocía la fragilidad de la vida humana y con una inteligencia brillante, sensibilidad excepcional y capacidad de análisis retrató las verdades del alma del hombre, a veces, salpicada de ficción. Existe en toda obra de este autor un intento constante por reflejar un mundo objetivo recurriendo a la subjetividad.
En estas dos historias El crimen de Lord Arthur Saville y El pescador y su alma, confirmamos aquél aforismo de Wilde: El sentido de toda bella obra creada reside tanto en el alma del que la mira como en la del que la creó. A decir verdad, el pescador es más bien el que le presta a la obra sus mil sentidos
En este caso, es al público lector a quien le toca percibir la grandeza de este autor.
En la primera narración de este volumen, Lord Arthur está predestinado fatalmente a perpetrar un crimen sin saber cuándo y contra quién. En El pescador y su alama se presenta nuevamente el tema del desprendimiento del alma para alcanzar el amor del ser amado.