Esta obra destaca entre las numerosas obras de amor profano y está formada por una treintena de elegías, supuestamente escritas por Bilitis, sobre su amistad con la joven Mnasidika (nombre tomado de una obra de Safo), amistad que termina bruscamente cuando Bilitis se marcha a Chipre. Se divide en tres partes, la primera narra los amores de Bilitis con el joven Lykas, la segunda contiene las elegías dedicadas a Mnasidika, y la tercera, contiene unos epigramas, elegantísimos, en los que Bilitis canta sus últimos amores y el declinar de su belleza, terminando la obra con tres epitafios. Los poemas se alternan con la descripción de paisajes hermosos y escenas eróticas.
Las canciones de Bilitis, la obra más conocida de Pierre Louÿs, influenciado por Luciano de Samosata, siendo producto de esas lecturas y traducciones, sus Canciones, en las que hacía resucitar las costumbres de Lesbos, en sus interesantes hetairas, de la época de Safo. En toda la obra predomina un ambiente extraño y voluptuoso, que, aunque ya había quedado plasmado en Afrodita su obra formidable y genial por la reconstrucción de la época griega, estos poemas son más profundamente humanos, llegan a lo íntimo de nuestros afectos más recónditos, animando a nuestros secretos placeres, con la flor del deseo y la gracia apolínea.
Como se menciona en el prólogo, este libro contiene una poesía llana, libre, cálida y emocionante, como un cuerpo desnudo en un friso ateniense. Son poemas breves, de una poetisa griega, Bilitis, contemporánea de Safo, y que habría nacido en el siglo IV A.C. en Pamphuilia Oriental y después trasladada a Mitilene, en la Isla de Lesbos, donde conocería a Safo de quien aprendió el arte del canto y la poesía, esto a decir de Pierre Louÿs el traductor de estos poemas. Esta obra es tan grande y notable como Dafnis y Cloe de Longo, el Asno de oro de Apuleyo o como las Anacreónticas y las Bacantes de la divina y perenne Safo. En ella resplandece todo el encanto de la Grecia sabia y galante, con lo más de un espíritu francés, puesto que une toda la armonía y la pasión de un espíritu soñador y ateniense, con la galantería y el refinamiento de los hijos de las Galias.