Transeducar propone un sistema de valores en el que sea posible lograr amplias cotas de libertades individuales y colectivas, entendiendo la diversidad sexual como un componente básico en la formación de la ciudadanía. Su autor elabora un planteamiento motivador que tiene como puntos fundamentales de apoyo el arte y la educación. Trazamos un itinerario basado en la defensa de los derechos humanos, ampliando las posibilidades de una sociedad que avanza hacia mayores exigencias en lo referido a dinámicas sociales, políticas y tecnológicas. El término transeducar, neologismo que da nombre al volumen, se enmarca en este propósito de adecuación hacia zonas porosas, entornos de generosidad que nos permitan encuentros y efervescencias, traspasando fronteras, transformando los condicionantes, transgrediendo los prejuicios y atendiendo a los espacios fronterizos, todo ello transitando por territorios poco explorados hasta ahora. El riquísimo panorama trans está revolucionando y poniendo en duda muchos de los escenarios de intransigencia en que nos habíamos movido anteriormente. Las imágenes forman parte de una nueva explosión icónica que rompe moldes y marcos de género. Por ello resulta necesario tratar sobre diversidad sexual desde la educación y las artes. Incluir estas cuestiones en nuestros programas curriculares nos permitirá hablar y discutir abiertamente sobre temas que hasta hace bien poco resultaban prácticamente tabús. Establecer un criterio de inclusión en cuanto a disidencia sexual supone motivar al alumnado, impulsar actitudes respetuosas y potenciar valores. Queremos despojar nuestras aulas de miedos y ocultaciones, apostando por una educación artística como motor de cambio social, ya que las geografías del arte permiten reflexionar, y deben actuar sobre la realidad en la que vivimos.