Hermanos, cofrades, camaradas. Hermanos atormentados y repudiados por sus hermanos. Compañeros de armas y sediciosos traicionados por su siglo. Hermanos incestuosos, derruidos, violentados por el amor o el resentimiento. Familias artificiales e inevitables exiliadas a la solidaridad por catástrofes propias o ajenas. Impostores dobles de sus propias fantasmagorías. Fraticidas sin arrepentimiento ni redención. Desde los hermanos que lucraron con un pollo decapitado hasta los sobrevivientes de un batalla plagada de secretos oprobiosos, entre los círculos del infierno y las células terroristas, Los reflejos de la escarcha acuchilla y desnuda los mitos de la fraternidad entre los hombres desde el instante mismo en que Caín asesinó a Abel