Parece un abuso afirmar que las páginas de este libro son las más personales que ha publicado José Joaquín Blanco. Un abuso si se piensa en sus Elegías, por mencionar sólo un momento en su recorrido poético, o en la pasión que anima su dilatada y ejemplar obra crítica. Habrá que decir entonces que éstas Postales trucadas son otras tantas instantáneas, no menos vividas que imaginadas, de un pasado individual (?Sólo lo que es individual puede ser justo y verdadero?, Isaac Bashevis Singer) y del pretérito inmediato nacional. Una oportunidad magnífica de conocer a mamá Conchita y el abuelo Joaquín, y de descubrir a un Arturo Sotomayor entrañable. De atestiguar con el cronista de color JJB la primera campaña electoral de la izquierda de la reforma política, lo mismo que los espacios de una zona rosa con tugurios más o menos libertinos. En suma, el trayecto de una obra sostenida en el embrujo de la lectura.