Antes de conocer a los Frankenstein, Elizabeth Lavenza moría de hambre, sufría los maltratos de su cuidadora y estaba a un paso de ser expulsada a la calle. Los Frankenstein le dieron un hogar, pero a cambio de un precio muy alto: ser la amiga más íntima de su extraño hijo, Víctor. En pos de volverse imprescindible, Elizabeth se convirtió en una maestra de la manipulación y el engaño, capaz de hacer cualquier cosa por sobrevivir y mantener su vida acomodada. Cualquier cosa. Especialmente cubrir las excentricidades y perversiones de su Víctor. Para todos es un ángel. La luz de la vida de Víctor. Solo ella conoce la verdad sobre sí misma: en su interior alberga oscuridad y nadie, jamás, podrá detenerla.