Muertos sin sepultura fue representada por primera vez en noviembre de 1946, justo en el momento en el que JeanPaul Sartre se encontraba a la alza de su popularidad por sus innovadoras ideas respecto a la filosofía existencialista.
La obra se desarrolla en el marco de la resistencia francesa contra la ocupación alemana. En una escuela de alguna aldea se van a encontrar dos grupos adversos: los militares y los guerrilleros, cada quien luchando desde su trinchera, pero ambos unidos por la idea torturadora del ser y de la muerte. ¿Lograrán los militares obtener información de los prisioneros? ¿Lograrán los guerrilleros resistir y callar en pro de algo más grande que su propio sufrimiento?
Dos actos son suficientes para plantear el problema existencialista de quién se es en realidad, cuál es su lugar en el mundo y demostrar que cada decisión que se toma trae consigo consecuencias de gran peso. Todo ello con el dinamismo propio de una obra de teatro, pero con la cruda pluma atemporal de Sartre, capaz de provocar y hacer reflexionar, aún hoy, a cualquier persona que se atreva a encerrarse en los cuadros de esta obra.