¿Con qué cualidades ha de contar el abogado? ¿Cuál ha de ser su temperamento? ¿Y sus valores? ¿Sus objetivos? La persona que busque dedicarse a la abogacía, sea cual fuere la modalidad e incluso el sitio en que decida desempeñar este papel, necesita tener bien definidas las respuestas para estas cuestiones si no quiere fallar en el ejercicio de esta noble profesión.
En Los mandamientos del abogado, Eduardo J. Couture desarrolla un decálogo con las máximas que sirven de guía para quien elija esta senda del derecho. Son normas del deber, de la cortesía o de la alcurnia de la profesión que ayudan al no iniciado a acercarse al temperamento y las virtudes que debe esmerarse en cultivar para triunfar, y sirven también para que el abogado ya instruido tenga siempre presente las cualidades que lo han de caracterizar en cada caso, en todo litigio, en la vida diaria.
La lectura de este texto resulta esencial para la formación y reforzamiento del carácter de todo abogado consciente de su realidad y de las necesidades de su sociedad.