Trata de la vida desdichada de Justina, una jovencita a quien la naturaleza ha dotado de un irresistible impulso hacia la virtud, pero ha tenido la desgracia de nacer en un mundo lleno de libertinos. La narracion erotica propone como desarrollo de la exposicion filosofica basada en el materialismo ateo de la Ilustracion francesa, opuesto a las ideas de Rousseau sobre la bondad innata del ser humano, son los libertinos que abusan de Justina de las mas peregrinas maneras los que mantienen esta posicion mientras que la muchacha virtuosa se mantiene firme en sus convicciones morales incluso llega a perdonar a sus torturadores, lo que solo le lleva a sufrir aun mas abusos.
Donatien Alphonse Frangoise de Sade, nació el 2 de junio de 1740 en Paris, en una familia de la antigua nobleza provenzal. Las figuras más influyentes en su vida infantil y juvenil fueron, sin duda, su padre Jean-Baptiste de Sade, y su tío, el abad Jacques-FrançOise de Sade, quienes se entregaron a prácticas abiertamente libertinas y lo instruyeron en las mismas.
Sade fue un escritor perseguido a lo largo de toda su vida; un hombre que pasó casi 30 años en reclusión, principalmente por el crimen de escribir acerca del lado más siniestro de la lujuria y la carnalidad humana.
El argumento de Justina o las desventuras de la virtud, trata de la vida desdichada de Justina, una jovencita a quien la naturaleza ha dotado de un irresistible impulso hacia la virtud, pero que ha tenido la desgracia
de nacer en un mundo lleno de libertinos. La narración erótica se propone como desarrollo de la exposición filosófica basada en el materialismo ateo de la Ilustración francesa, opuesto a las ideas de Rousseau sobre la bondad innata del ser humano: son los libertinos que abusan de Justina de las más peregrinas maneras los que mantienen esta posición, mientras que la muchacha virtuosa se mantiene firme en sus convicciones morales e incluso llega a perdonar a sus torturadores, lo que sólo le lleva a sufrir aún más abusos.
Aunque, con ironía, el narrador concluye en el último párrafo de la novela que la virtud de Justina ha de hallar su recompensa en el más allá, es evidente que su intención es absolutamente contraria.
Las ideas de Sade, expuestas en la novela por boca de los personajes más depravados, son extremadamente radicales para su época, con fuertes críticas a la organización social y a la religión.