El propósito de este libro no es hacer una defensa argumentada del hecho de la evolución. Esto se ha hecho ya hasta la saciedad y en realidad solamente tendría sentido para un lector totalmente iletrado desde un punto de vista científico. Lo que examina este libro es la aplicación de las explicaciones de tipo evolutivo más allá de la biología tal como normalmente se circunscribe. El debate auténticamente interesante es el que tiene lugar entre lo que se ha dado en llamar el Modelo Estándar de las Ciencias Sociales y los modelos evolucionistas (sociobiología, psicología evolucionaria, epistemología evolutiva, ética evolucionista). No es, como se dice a veces, un debate entre naturaleza y crianza, sino entre naturaleza/crianza, por un lado, y solamente crianza por el otro. El Modelo Estándar es el más común en el campo de la sociología, en la psicología conductista, la antropología cultural, el marxismo y en el campo de los estudios de género, feministas y gays. Considera fenómenos como la homosexualidad/heterosexualidad, las diferencias de género, la violación, la agresión, el lenguaje, la moralidad, estos son sólo algunos de los temas tratados aquí, como constructos sociales, como productos de la historia cultural. Los modelos evolucionarios, por otro lado, si bien reconocen que una explicación completa de dichos fenómenos requiere recurrir a factores ambientales, enfatiza que los humanos somos una especie biológica con una historia evolutiva y que, por consiguiente, poseemos una serie de instintos, por lo que una explicación completa requiere también recurrir a los genes y a la evolución. Escrito principalmente pensando en los estudiantes universitarios y en el público en general a modo de introducción crítica, este libro no se anda con rodeos y cuando lo cree conveniente se opone de una manera razonablemente crítica a las teorías que considera erróneas, por importantes que sean.