Agradecimientos
Dedicatoria
Prólogo Manuel Hernández Pedreño>
Nota
Presentación
PARTE I. La vida de María en una cadena de microhistorias
El último de los naufragios
Pero si es una niña con otra niña
La escuela, otro de los fantasmas
Lo detuve a cabronazos
Para pagar las deudas
No los quiero en la calle
La felicidad y la escuela
De dónde nos viene la tristeza
Mil soles espléndidos atrapados por el desamparo
El anciano del Pichincha La vida en círculos
PARTE II. El naufragio de las invisibles
Las expectativas de las invisibles
El mundo de la desigualdad y la educación
Una posibilidad desde la pedagogía de la alteridad
Referencias
y uno de estos años de la era del vacío, llegó el sol del 25 de diciembre, y ella, María, tuvo ganas de hablar. Y habló en forma vasta del pasado y del presente, y muy poco del futuro, quizá porque supone que no vale la pena embarcarse en las expectativas de lo que viene. Habló como buscando una explicación a tantas caídas. Y entonces, al escucharla y poner sus palabras sobre las hojas de un cuaderno, me he dado cuenta de que estamos frente a una vida única que es tan igual a tantas otras, y que trayectorias humanas como esta, la de la mujer que naufraga entre las invisibles, hay que contarlas para valorar nuestras propias circunstancias, y para que nos interpele la desigualdad social, y para que amasemos unos gramos de conciencia y apostemos por la familia, por la escuela, por mejorar el barrio, por ser más solidarios al momento de ver el rostro del otro.
Es por ello que este libro merece ser leído por los que seguimos pensando que es infinitamente mejor que los niños y adolescentes estén en una escuela a que deambulen por la calle. En una de esas, por el azar o por la fortuna, se encuentran a un profesor que viva la alteridad, esto es, el principio de ver el rostro del otro para comprometerse y hacerse cargo de él. María no se lo encontró, y esa también es una enseñanza.