En este libro la autora intenta mostrar que hay heridas a la dignidad humana que no siempre vienen de los demás y que, muchas veces, y casi sin darse cuenta uno puede ser su propio victimario. Asocia también las propuestas de vida con anécdotas, ejemplos clínicos y referencias a su historia personal; transmite su constante preocupación por el "sentido d ela vida" cuya ausencia puede provocar, a veces, el automaltrato. sostiene con insistencia que se puede vivir mejor si uno sabe cuál es su lugar en el mundo y cuál debería ser su tarea desde allí.