Esta obra en prosa que llevó primero el título de Libro Pagano, fue escrita cuando Rimbaud apenas contaba con 19 años y luego de terminar con su compañero sentimental Paul Verlaine que lo hirió de un disparo. Aquí, el autor intenta expresar su fracaso como hombre y poeta a través de torturados poemas en prosa, que años después de revolucionarían la poesía. Como indica el título, se trata de una experiencia transitoria, apenas superada. Está compuesto de nueve partes, en las cuales el autor pretende resucitar sensaciones, visiones y sentimientos, el paso y la presencia de sí mismo. En esta obra se aprecia el decidido propósito del autor por restituir el lenguaje a su significación implícita y explicita. Del conjunto de poemas que lo conforman destacan algunos temas: inocencia y culpabilidad, éxtasis de los sentidos y arrobos anímicos, dominación y sumisión, rebeldía y castigo, etcétera. Paul Verlaine consideraba que Rimbaud era ?el hombre de suelas de viento. Es inútil perseguirlo. Tal es su velocidad que nadie lo alcanzara jamás. Ni yo lo pude alcanzar mediante el crimen?. Emil Cioran decía: ?si Rimbaud sobrevive a las fluctuaciones de la moda, se lo debe a la gratuidad de su crueldad, a su cirugía demoniaca, a la generosidad de su hiel. Lo que le permite a una obra durar, lo que le impide envejecer es su ferocidad?. ?Escribir para Rimbaud no es otra cosa que un medio para desembarazarse de su alma, de proyectar fuera de sí el mal maravilloso que lo aquejaba?, señaló Jacques Rivière. En el prólogo, Marco A. Campos considera que Rimbaud pertenece a esa raza que ha mostrado la cara subterránea de la realidad, es de las gentes que como Nerval, Nietche o Artaud, se han valido de una materia esencial como lo es el lenguaje, para ir más allá del lenguaje; con él nos aproximamos a Dios, a la muerte y a la vida, a la nada, al infinito, al ser, al bien y al mal. Todo a través de la inspiración, los sueños y la locura procurada, que como un vidente lucha buscando que haya nueva vida, un nuevo verbo y un nuevo amor, en un mundo devorado por la costumbre.