El cambio de época que estamos viviendo reclama con urgencia nuevas claves críticas y creativas que nos ayuden a repensar y transformar el mundo. Si el saber y la experiencia propios del universo femenino siempre fueron algo marginado por el orden androcéntrico imperante, hoy se nos desvelan como un apasionante modo de vinculación con la vida y lo social que anuda el pensar, el sentir y el hacer.