MEJIA HERNANDEZ, JUANA MARIA GUADALUPE
Esta obra enfoca las violencias entre chicos y chicas dentro del contexto disciplinario de a secundaria como parte de sus relaciones sociales, es decir, como expresiones de la sociabilidad adolescente y de los procesos de socialización y subjetivación mediante los cuales construyen su identidad posicional y de género. Las prácticas relacionales descritas y analizadas inician en la amistad, el compañerismo y el noviazgo entre pares, abarcan el disfrute de estar juntos, el juego, el coqueteo y los juegos grupales, contactos físicos toscos, bromas, burlas, insultos y demás formas bruscas de llevarse, que pueden derivar en agresiones relacionales o en encuentros a golpes entre rivales. Estas interacciones lúdicas y violentas se rigen por reglas grupales socialmente aceptas entre adolescentes. Entre varones, las peleas a golpes sirven para mostrar su hombría les permiten experimentar y autorregular su fuerza y aguante al dolor, conforman sus identificación masculina y su lucha por permanecer dentro del grupo e pares. Entre las chicas se manifiestan patrones tradicionales de conducta como el cuidado de la decencia, pero también pelean a golpes con sus rivales o tortean a sus compañeros. De este modo es visible el despliegue de una femineidad no convencional, caracterizada por competencia, confrontación física y búsqueda e predominio sobre otros. Tanto en chicas como en varones se hizo manifiesta la presión social a mostrar patrones tradicionales de conducta masculina o femenina, aunque no siempre sus actuaciones respondieron a esa demanda. Entre ambos sexos las interacciones oscilan entre momentos de atracción y el rechazo que, en ocasiones, se cargan de tensión y derivan en violencia física.