Entre los filósofos europeos del siglo XX destaca la brillante figura de Simone Weil (1909-1943), discípula predilecta de Alain, profesora de filosofía e intelectual comprometida con el sindicalismo revolucionario. Trabajó como obrera en la fábrica Renault, entre otras, apoyó al Frente Popular, se alistó en las Brigadas Internacionales en 1936 para combatir en la Guerra Civil española, se trasladó a Nueva York en 1942 y desde allí pasó a Londres para colaborar con la Resistencia contra el nazismo. Experimentó un profundo acercamiento a la religión y mantuvo estrechos contactos con numerosos intelectuales católicos, enre ellos J. Maritain. Murió en 1943 en el sanatorio de Ashford (Inglterra), dejando una gran cantidad de escritos inéditos. En el texto que presentamos, Weil denuncia el carácter dogmático de los partidos, su funcionamiento basado en la disciplina y lo que constituye verdaderamente su única finalidad: la consecución del poder y la permanencia en el mismo.