La obra cumbre de Ciro Alegría, considerado como uno de los mejores escritores peruanos del siglo XX, es El mundo es ancho y ajeno, precisamente con ella logró su consagración definitiva al obtener el primer premio en el Concurso de Novelas Latinoamericanas en 1941. Es un cuadro épico de las luchas de una comunidad indígena contra los tres poderes que quieren destruirla: la oligarquía terrateniente, el ejército y el gobierno al servicio de los intereses estadounidenses. El uso de las técnicas narrativas modernas y el aliento heroico de la composición le permiten presentar un relato que recrea un mosaico tan variado y dramático como la vida indígena misma.
En sus obras, Alegría logra fundir, por un lado, los rasgos de la civilización indígena: tradiciones, creencias, pintoresquismo, y por el otro, la problemática social, el desajuste de los indígenas a la integración civilizadora obstruida por las ambiciones inescrupulosas del hombre blanco. La lectura de esta novela permitirá al lector vislumbrar la lucha entre los indios peruanos y un hacendado que los explota, condenándolos a una vida llena de penalidades.
El mundo es ancho y ajeno, una novela que ha sido traducida a varios idiomas, despertó en todos los países un interés extraordinario por su referencia a la dolorosa vida del indígena peruano. Gabriela Mistral llamó vital a esta obra por su mensaje humano, haciéndolo que toda América Latina se solidarice con los oprimidos de cualquier lugar, puesto que, para muchos, ellos estorban al progreso integral de ésta. América, mundo ancho y ajeno, que espera un equitativo espíritu de comprensión y de justicia para todos sus habitantes. Nos deja ver una de las venas abiertas de América Latina, como diría Eduardo Galeano.