Su buenaventurada familia, adicta a la aventura, a las artes, al pensamiento, a la cultura, siempre nos sorprenderá con algo por venir. Ahora aparece Florencia Buenaventura, de la misma estirpe de esa familia iluminada y nos sorprende a diario con sus oficios varios.
Este libro, surgido de su más íntimo y analítico sentido de mujer y de una concepción particular de otras mujeres que son tantas y, a la vez, única, nos enseña la importancia de la reiteración en la búsqueda de una reinterpretación y prolongación de la obra de arte, en este caso literaria
Detalla con la fuerza de su seguro dibujo y de su rápida pincelada, una mirada, un gesto, con colores que no solo hacen transparentes las hojas de los almendros sino que logran contrastar de manera original y decidida los personajes atrapados en un imaginario colectivo