A decir de Carlos Monsiváis, "Jacinto de Jesús", es un testimonio antropológico y literario, un viaje hacia la sordidez, aquello alejado de la "respetabilidad". Esta crónica novelada recupera la historia de un conjunto de seres humanos que han sido negados y perseguidos por prejuicios e ignorancia justificada o vestida con atuendos moralistas.
En este relato Villalobos hace una investigación histórica partiendo de un personaje típico clásico, el migrante provinciano que deserta de su pequeña comunidad en pos de la gran ciudad, donde existen mayores posibilidades de desarrollo (¿?) y estímulos diversos.
A través de testimonios, hechos reales y personajes varios, se nos muestra cómo la comunidad gay subsiste de manera clandestina y, ante la represión, crean mecanismos de resistencia y solidaridad. Así, buscando su propio espacio, etos personajes encuentran su hábitad en los cines de mala muerte. El protagonista, un gay de los 70´s (cuando los espacios se limitaban a las fiestas o reuniones clandestinas y a la oscuridad de la noche) hace un recorrido por la Ciudad de México y su transformación, vive los acontecimientos del 68, el temblor del 85, etc. Llegando al final del siglo XX y con él el finde jacinto, quien sucumbe ante el destino, ese poder que se interioriza en él y hace que su vida se vuelva, en grandes periodos, oscura, simple y conformista.
Pero no todo es sombrío, pues la narración tiene grandes momentos pasionales y llenos de candor sobre todo cuando se alude a la niñez y juventud del protagonista, quien nos describe, por otro lado, todas las tradiciones y costumbres de Paracho, su pueblo.