Leyendo a Lovecraft adoptamos el rol de sus personajes, gente que cree conocer bien el mundo que le rodea, pero que poco a poco va descubriendo horrorizada cómo el Dios en el que cree es un mero producto de la imaginación humana y que existen dioses, sí, seres superiores y más antiguos que el mismo tiempo, pero de una maldad absoluta y aterradora, que nos observan aguardando el momento de su regreso para cambiar la faz de la tierra a su espantosa imagen. Una raza extraterrestre planea instalarse en la Tierra, colándose entre las grietas del racional y ordenado siglo XX por medio de la clonación de personas. En una noche oscura aparece el doble de Edgar Allan Poe, caminando solitario entre las húmedas calles...