La contribución más importante de Hannah Arendt al pensamiento político quizá sea su famosa y frecuentemente citada noción del derecho a tener derechos. Arendt desarrolló esta idea por primera vez en "Los orígenes del totalitarismo", en el contexto de un análisis sobre el declive del estado-nación. Su eventual desenlace en los campos de exterminio, argumenta, sólo fue posible debido a una concepción de los derechos humanos filosóficamente inválida y políticamente impotente. La obra entera de Arendt puede ser leída como un intento de descifrar teóricamente este derecho fundamental a tener derechos. Sin embargo, esta idea continúa siendo el aspecto menos comprendido de su obra.