Estos textos buscan situarse en el adentro y el afuera de la piel del mundo. Ahí, como en todo filo, en toda frontera, en todo cruce de caminos que somos cada persona, vivimos. Enfrentamiento tras enfrentamiento, encuentro tras encuentro, algunos dulces, otros fugaces, algunos deliciosos, otros desastrosos o sangrientos, sobrevivimos y nos trasfiguramos. Ese tramado impone un fragor. En el fragor de la vida vivimos. A veces más, a veces menos, dentro y fuera de la piel del mundo.