"La función propia del hombre es vivir, no existir. No malgastaré mis días tratando de prolongarlos. Aprovecharé mi tiempo", puntualizó Jack London. A diferencia de otros escritores norteamericanos, Jack London no quiso escribir la Gran Novela, sino vivir La Gran Aventura. Su vida fue la de un aventurero que escribe. Fue un hombre inquieto. Este mismo afán de vida se refleja en los cuentos aquí seleccionados. Hay una aventura, paisajes exóticos y lejanos, tormentas de mar y de nieve, pero también una interesante incursión en eso que llaman condición humana.