Rousseau es uno de los pensadores en los que descansa la política y la organización social moderna, como la entendemos y la vivimos. Es justo en "El contrato social" donde expone las ideas de libertad que damos como ciertas, pues hoy nadie pone en duda la premisa de que "el hombre ha nacido libre", por lo tanto, "renunciar a la libertad es renunciar a la cualidad de hombres, a los derechos de humanidad e incluso a los deberes". Para llegar a ello, el filósofo se interna en las complicadas relaciones sociales, y nos explica que "la sociedad más antigua de todas, y la única natural, es la de la familia; y, en esta sociedad, los hijos so?lo dependen del padre el tiempo necesario para su conservación. Desde el momento en que cesa esta necesidad, el vi?nculo natural se disuelve. Los hijos, libres de la obediencia que debi?an al padre, y el padre, exento de los cuidados que debi?a a los hijos, recobran igualmente su independencia. Si continu?an unidos ya no es naturalmente, sino por su voluntad; y la familia misma no se mantiene sino por convención. No obstante, esta formación "natural" tiende a extenderse como forma de convivencia en una comunidad, en la que no es por la ley del más fuerte, sino por convención social, que los individuos van a obedecer a una cabeza, pues al final todos se verán beneficiados de esta organización. Y este es el origen del Estado y de los derechos y obligaciones que se derivan hacia las relaciones entre los individuos que conviven en una sociedad regida por éste.