Este libro recuperará valiosos testimonios de agresión e historias personales de acoso, pone el dedo en la llaga que hay que curar: la protección de la diversidad en la infancia y la adolescencia son la asignatura pendiente del colectivo LGTBI, el campo de batalla en el que luchar para que el acoso escolar y callejero pase cuanto antes al desván de los momentos históricos inútiles y perniciosos. Se lo debemos a las próximas generaciones. «Mi padre me azotaba sin piedad con el cinturón del uniforme de la legión. Mi padre no tenía piedad». «No fui consciente de que era afeminado hasta que en el colegio escuché a gritos y entre risas la palabra MARICÓN. Maricón, mariquita, bujarra. Risas, unas risas de desprecio llenas de maldad».
«La homofobia no solo te agrede. La homofobia primero te erosiona la confianza en ti mismo con mensajes que van llegando lentos pero seguidos: eres un blando... no sabes hacerte respetar... eres débil, no tienes ni medio puñetazo... te pueden hasta las niñas... o ese padre que te espeta: como me entere de que no has sabido defenderte en el colegio, encima te voy a pegar yo también. Y te pegan, claro que te pegan. Te pegan en grupo para que no puedas defenderte. Y te callas en casa, ya no para que tu padre no te castigue sino para no tener que soportar ver en su cara que se avergüenza de ti.» Gabriel J. Martín