Con Carmilla, publicada por primera vez en el In a Glass Darkly en 1872, Sheridan Le Fanu, uno de los grandes maestros universales del terror, consagra al vampiro en la novelística, preparando el terreno para Bram Stoker con Drácula.
Carmilla retrata a la mujer vampiro en la que un extraño poder de fascinación, gracia y belleza se mezcla con la más inconcebible monstruosidad, remitiendo al hecho del vampiro o vampiresa seduce y nos guía hacia oscuros lugares, despertando la sexualidad. El vampiro viene y dice: «Voy a matarte y te encantará y no sólo eso, tú querrás más». Asimismo, las vampiresas misteriosas parecen realizar el sexo únicamente con la boca, como si de la cintura para abajo estuvieran muertas, diciéndo en medio de eróticos besos: «te violaré con la boca y te gustará, en vez de proporcionarle un líquido vital a tu cuerpo, lo tomaré».
Algunos aspectos de esta novela significan un logro que no será superado ni por Drácula mismo, porque Le Fanu emplea un sostenido análisis del carácter de la protagonista, que, aun siendo un multiforme monstruo infernal, se mueve en el plano de las pasiones y emociones humanas, presididas por el tema del lesbianismo, introduciendo la homosexualidad reiteradamente tratado en las historias de vampiros, retomando una de las obsesiones del tema vampírico: el erotanatismo.