A la muerte del emperador Xianfeng, asciende al trono Yehonalá, quien fuera la concubina real, ocupando el cargo de regente del emperador, pero ocupando las funciones propias de emperatriz. Mujer de gran influencia desde los primeros años que fue nombrada concubina, al grado de que la misma emperatriz sintió una fuerte rivalidad, a pesar de ser amigas íntimas. Durante su reinado, Yehonala logró que la China deteriorada por las Guerras del Opio y por el mismo atraso cultural y tecnológico, resurgiera gracias a su carácter férreo y mano dura, que no dudó en hacer a un lado a sus opositores. En la presente edición, le presentamos a una mujer que para algunos, podría se una de las primeras feministas orientales.