En algunas carreteras de California, si usted conduce cierto modelo de coche, su móvil se verá asaltado por un reclamo publicitario sin que usted lo solicite. En casi cualquier país, el mismo móvil se ve invadido por anunacios e informaciones no solicitadas en las que tratan de verdernos otro móvil o convencernos de la última superoferta de SMS. En todas partes, las campañas electorales de los principales partidos ya no tratan de convencer con razones o ideas: se limitan a vendernos una marca. Los departamentos de marketinf de las grandes multinacionales no dejan de inventar nuevos modos de obtener su objetivo supremo: conseguir que compremos.