Más allá del misterioso Metasboc se fragua el plan que amenaza al género humano. El implacable enemigo se sirve de un ser, quien, en su amargura y deseo de inmortalidad, elige la traición. En la primera novela mexicana de ciencia ficción Rafael Bernal nos hace vivir la experiencia poética del resplandor del ser que brota de donde menos se podía sospechar, esto es, de un ahondamiento en el mal, de una manera que una alianza con las fuerzas oscuras devuelve a la criatura al seno de Dios. La criatura que no se ha perdido en los laberintos de la razón y a quien la imaginación restituye las luces posibles del mundo.