La noche ha sido vencida. El sol comienza a salir y puede apreciarse la vida cotidiana en la colonia. Con el sol, los últimos clientes salen, el lugar comienza la rutina de limpieza. Ya están acostumbrados a ese ritmo de vida. Todos están convencidos de que después de una noche de arduo trabajo viene una etapa de descanso, preparándose para otra jornada en la que todo puede suceder para cualquiera de sus clientes o empleados, desde conocerse, reencontrarse o simplemente disfrutar. Es en la clandestinidad que otorga la oscuridad de la noche. Una noche en la que el brillo del arcoiris ilumina el local marcado con el número ocho de la avenida Cuauhtémoc, en la colonia Maravillas de Ciudad Nezahualcóyotl.