Heredera directa de las vanguardias europeas e hispanoamericanas (desde el surrealismo, hasta la antipoesía, pasando por el neobarroco, el construccionismo y la poesía visual), la poesía de Eielson siempre fue un paso adelante en las exploraciones que otros poetas indagarían años después y, además, fue la más moderna en lengua española mientras vivió.
Eielson se consideraba, ante todo "Poeta", así, en mayúscula y en toda la extensión de la palabra. Y es que sus demás vertientes creativas manaban de esa cualidad. Explica Jorge Fernández Granados que a su obra "la distingue justamente su integridad, es decir, la preexistencia de un todo expresivo del que ella [su poesía] se desprende y al cual es imposible transcribir con un solo lenguaje". De sus deslumbrantes trabajos escritos dan muy bien cuenta los que me parecen sus libros de poesía más importantes: Habitación en Roma (1952), mutatis mutandis (1954), Noche oscura del cuerpo (1955), De materia verbalís (1958) y Ceremonia solitaria (1964). Estos cinco libros, reunidos en este volumen, se escribieron casi uno después de otro, con pocos años de diferencia, aunque fueron publicándose a lo largo de las siguientes décadas.
Sergio Téllez-Pon