En el mundo cerrado de un grupo de seres que acceden a la plenitud de emociones y los deseos adultos, la preservación de una convivencia infantil se convierte en medio de defensa de amores prohibidos. La presión de la vida que crece bajo tensiones y distorsiones al límite de lo soportable, engendra obsesiones del sexo y de la muerte, anhelos de consumación del amor más allá de las fronteras de la razón y de la vida misma, en un universo aberrante y perverso, un universo en el que el espíritu de la grandeza trágica se intrinca en la conciencia del hombre moderno.