¿Cuántos han sido los sueños que olvidamos? ¿Cuál es su lenguaje? ¿Cuál es su sentido? ¿Cómo se articula ese mundo de lo ilógico y lo desenfrenado? El poeta siempre ha tenido que beber de las aguas de lo onírico, del silencio cavernoso de su interioridad y ha escuchado en el eco de su deseo las palabras que el lector tiene frente a sus ojos. Este ejemplar es un dar la voz al abandono, otras veces al desahogo, al recogimiento de uno mismo; otras tantas al despilfarro de la carne palpitante y al recuerdo de un pasado que nunca llegará, porque la poesía es soberana en las tierras del autor.