Poeta en Nueva York es, seguramente, la obra poética más ambiciosa de Federico García Lorca (1898-1936). Escrito durante su estancia en Estados Unidos y Cuba (19291930), la voz del gran poeta se hace en él más intensa y compleja que nunca. Pero no significa una ruptura con su producción anterior, como se ha pretendido; por el contrario, representa la potenciación máxima de todos los elementos del universo lorquiano. El poeta renueva el utillaje expresivo sobre la base del sistema estilístico usual en él desde 1921, que es puesto ahora al servicio de lo que él mismo denomina "lógica poética". El resultado es fascinante en la doble e indisoluble perspectiva de la visión y la expresión: lacerantes, precisos y profundos, los poemas del ciclo neoyorquino poetizan la revuelta social y ontológica, la protesta radical contra todas las opresiones -sociales, políticas y eróticas- y la indagación lúcida en las grandes cuestiones metafísicas. Incomprendidos durante mucho tiempo, su perturbadora verdad artística ha acabado imponiéndose en la estima de los críticos y lectores más rigurosos.