El inmenso desvío podría ser la sangre salpicada en una biblia de dos sacerdotes que se amaron hasta la muerte, el erotismo de dos religiosas que temen a sus propios instintos, la decisión de verse prostituto al cumplir los cincuenta años, el juego sexual de dos hombres maduros con un veinteañero, la unión de un hombre en fase terminal con un joven, el fetichismo por los santos y los crucifijos, encerrarse en una habitación de hotel para liberar los deseos más íntimos.
Juan Carlos Cortázar nos sumerge en estas historias donde el erotismo traspasa límites, en ellas podríamos reflejarnos o sentirnos ajenos, pero no indiferentes al deseo que puede llevarnos a lugares insospechados.