En las páginas de este libro se persigue el objetivo de revisar las teorías sobre el mito, relacionándolo con la literatura y las construcciones imaginarias de las sociedades en función de procesos ideológicos particulares. Por otra parte, la cercanía de este tema con los protocolos del nuevo género de la autoficción permitirá encontrar nexos entre ambos dominios. Visto desde el área cultural del Río de la Plata, estas cuestiones se verán enriquecidas por el tratamiento especial de dos autores excéntricos del campo en cuestión, como son Gombrowicz y Copi, cuyas obras narrativa y teatral está siendo considerada cada vez con mayor insistencia como portadoras de un aire de renovación de la literatura de esta región, demasiado ligada a una perceptiva cuya cabeza más visible es la figura de Jorge Luis Borges. Habiendo servido estos tópicos por lo menos desde 1940 para provocar una ruptura drástica y bien orquestada contra el realismo y nacionalismo literarios, Borges y sus seguidores sientan sus reales de modo omnímodo hasta constituirse en el centro de irradiación de un modo literario que ha cundido en las letras hispanoamericanas. Son, sin embargo, las figuras discordantes que se forjan un poco al margen del canon las que parecen venir a oxigenar una literatura que anteriormente tendía a la excesiva idolatría de la figura maestra. Esa revisión de las letras argentinas por fuera del universo borgeano viene de autores que abandonan el territorio ya acotado por el Padre y se rebelan contra la mesura, el decoro y el pudor. Con lo dicho antes se vincula la idea de pensar en una genealogía (para algunos bastarda, en tanto línea paralela) que tiene como característica un juego con la ironía y el desenfado que es desafiante con respecto a la línea canónica de la literatura argentina personificada en Borges. Resulta claro, entonces, que la nueva familia bastarda de la literatura argentina se ensañe, especialmente con la regla del decoro y lo haga con evidente encono. Pienso naturalmente en Manuel Puig, Néstor Perlongher, Osvaldo Lamborghini y, más lateralmente todavía, Gombrowicz y Copi, autores que confluyen en la literatura desbocada de César Aira ya resueltamente otra vez centro del canon, de puro excéntrica, y como vuelta de página del canon establecido por Borges hace setenta años