En Fedro o de la belleza, Sócrates inicia a su joven amigo en los misterios de la eterna belleza; le enseña a alimentar su inteligencia con lo verdadero, lo bello y lo bueno, para merecer un día tomar sus alas y volar de nuevo a la patria de las almas... En El Banquete o del Amor, un grupo de hombres se reúnen en casa de Agatón, y mientras disfrutan de la comida y la bebida, cada uno opina sobre el Amor. ¿Es un dios viejo que inyecta al hombre la pasión por el bien? ¿Es acaso la unión de los elementos opuestos? ¿Y para Platón? El Amor conserva la armonía entre la esfera humana y la divina, y es el lazo que une el gran todo. En Gorgias o de la Retórica, de las alturas a las que lleva la indagación de los principios que presiden el arte de persuadir, Platón desciende sin esfuerzo para hacer la aplicación de estas verdades generales a todos los estados y a todas las acciones de la vida.