Los conflictos armados son una forma de violencia, pero no la única. La violencia puede ser visible o invisible, abierta o solapada, directa o estructural. ¿Un contexto de marginación generalizada es una forma de violencia? Por supuesto, aunque sea invisible y estructural. Así mismo, los derechos humanos pueden ser analizados como normas, pero también como prácticas o conflictos sociales, o como demandas políticas. A medida que se hacen más complejas las ideas de violencia y de derechos humanos, la relación a más violencia, más violaciones a derechos ya no es ni la única posible, ni unívoca, ni unidireccional. De forma interesante, la violencia también detona procesos políticos y sociales. Por ejemplo, el incremento de la represión en contra de defensores de derechos humanos reconfigura sus marcos interpretativos y de seguridad; y si la violencia aumenta, genera respuestas de política pública, o nueva jurisprudencia para enfrentarla. Uno de los aportes de este libro son las distintas conceptualizaciones de violencia y derechos humanos, de la relación entre estos ámbitos, y las estrategias metodológicas para encararlas.