«Caminante no hay camino, se hace camino al andar» dice también Osho en este lúcido y estimulante libro. No obstante, si bien «no hay camino», sí existe lo que se ha dado en llamar una disciplina Zen que, según el Maestro, consta de dos etapas: la primera, el aprendizaje -o la escucha- y la segunda, la aproximación. «La escucha es un mecanismo que frena los pensamientos. Cuando ya no existe la necesidad de escuchar o de aprender, tenemos la aproximación.»
El Zen ofrece mecanismos para interrumpir el tráfico desordenado de la mente. Estos mecanismos reducen nuestra falsa identificación con una realidad impuesta por la sociedad y con los artificiales papeles que en ella desempeñamos. Así, entendiendo que no somos el personaje que creíamos ser, desenmascaramos al ego tras el cual se oculta nuestro Ser. En otras palabras, de las cenizas del ego surge el fénix de la conciencia.
Dang dang doko dang es el sonido del gong, golpeado por el Maestro. Simboliza la cualidad poética del Zen, lo que no puede ser expresado. Así, dice Osho, «cuando veáis que os estáis convirtiendo en víctimas de teorías, dogmas, filosofías, decid Dang dang doko dang». El Zen es la «flor suprema de la meditación; ahora bien, si al final del camino no ha florecido el amor, entonces todo el trayecto habrá sido en vano».
Osho es uno de los más famosos, polémicos y provocadores maestros espirituales de los tiempos modernos. Considerado como una de las 10 personas que más hicieron por transformar la India moderna, sigue teniendo una enorme influencia en Occidente. Osho difundió a lo largo de su vida una religión sin religión, centrada en la responsabilidad y la conciencia individual.
Nació en Kuchwada, al norte de la India, en 1931. Fue durante varios años profesor de filosofía en la Universidad de Jabalpur, durante los cuales viajó por toda la India dando conferencias y cuestionando a los religiosos más ortodoxos en numerosos debates públicos. Hacia finales de 1960 comenzó a desarrollar sus técnicas de Meditación Dinámica. Murió en 1990 habiéndose granjeado la confianza y la admiración de miles de discípulos en todo el mundo.
Kairós ha publicado muchas de sus obras, entre las que destacan Dijo el Buda, Música ancestral en los pinos, Ni agua ni luna o su asombrosa Autobiografía de un místico espiritualmente incorrecto.