En un país donde afortunadamente la homofobia pierde terreno día con día y la sociedad reconoce o acepta que dentro de su seno existe una minoría de ciudadanos en los que simple y sencillamente su preferencia sexual es diferente a la suya. Orientándose hacia los de su mismo sexo, resulta obvio que cada vez sean más numerosos los libros sobre esta temática en el mercado. Sin embargo, y por lo que respecta al cuento, Mario Muñoz en su prólogo a la compilación que de ellos realizó para la Universidad Veracruzana de Xalapa, titulada De amores marginales, reconoce al género como menos favorecido que la novela, pero que así y todo ha servido de inspiración para obras de mayor envergadura (por citar sólo un ejemplo el de Doña Herlinda y su hijo, película basada en el cuento homónimo de Jorge López Páez). De todos modos, contados son los libros antes y después del de Muñoz que han existido en el mercado a este respecto, recordemos, por ejemplo: Ese amor que hasta ayer nos quemaba de Luis Zapata: El vino de los bravos de Luis González de Alba y Personajes fatales, El padre eterno, Ciudades y Hombre amados de Jorge Arturo Ojeda, por citar sólo a los más representativos. Por lo que respecta a las revistas, que son el medio donde esperaría encontrarse una mayor producción, la calidad salvo honrosas excepciones y oportunidades se ha limitado a la explotación corriente de la libido de los lectores. Este libro de Jesús Meza, quien cuenta con un amplio historial en el medio de las publicaciones gays, contribuirá para subsanar tan gran vacío editorial.