Parece que la historia humana no tiene más finalidad que controlar la ansiedad propia de nuestra especie.
Desde hace 25 siglos el budismo aporta sabiduría y herramientas para ese fin: Iluminar a cada uno mediante el cese del sufrimiento de todos. Como nadie puede escapar solo de la condición humana y el sufrimiento de los demás es parcialmente el nuestro, la compasión es el medio esencial de autoliberación.
Este libro presenta sus elementos básicos con un enfoque posmoderno. El buscador no hallará aquí una religión para que se convierta; hablamos de experiencia cotidiana, no de abstracciones teístas.
El budismo se vive hoy, aquí, en el metro, en los blogs de Internet, a través de los mensajes de twiter, más allá de las creencias. En especial se vive en nuestras meditaciones libres, gozosas, de las cuales se presentan varios modelos.
Ni el espíritu ni el método budistas pertenecen a un país, una raza o una cultura. Por ello está siempre disponible aquí y ahora, como un fruto delicioso que todos pueden recolectar.El budismo es una escuela de liberación, pero no hace falta portar el título de lama o tener rasgos orientales para practicarlo. La confianza en nuestro propio poder espiritual es el primer paso.
El budismo no es excluyente; puede casarse con toda creencia y encontrar ahí su lugar. Se puede emprender el camino budista sin abandonar las antiguas convicciones. No existe ningún código obligatorio de vestido, sexual, alimenticio, de práctica o de conducta ni brujería de ningún tipo en la filosofía o las enseñanzas budistas. La única y suficiente condición para la práctica es manifestar con gozo esa compasión que cada quien lleva en sí mismo.