Guy de Maupassant es el narrador por excelencia de la segunda mitad del siglo XIX francés, periodo de su máxima fecundidad creadora. Dominó todos los resortes del arte de narrar, con un estilo lingüístico y literario insuperable, de aparente sencillez pero difícil de conseguir. Su pluma cincela las frases como un buril grabando sobre cristal duro y transparente. Es el modelo reconocido, admirado e imitado por todos los narradores que lo siguieron, desde Chejov hasta los autores de relatos actuales.