El arte de la guerra es mucho más que un tratado decisivo de estrategia y tácticas militares. En su núcleo está el conocimiento de la naturaleza humana para su aplicación en los momentos de confrontación. Y si hay un aspecto inherente a las relaciones sociales, que aparece reiteradamente en cada uno de los relatos de nuestra historia, es el conflicto. Es a partir de nuestra sociabilidad que no sólo convivimos con los otros, sino que nos construimos a partir de ellos en un juego de espejos de identidad y alteridad, del que no están exentas las conflictivas relaciones de poder.