Luego de la muerte de un ser querido, una joven mujer viaja a la playa para recuperar la calma y la cordura. Al poco tiempo de llegar la invade un miedo irracional a los espacios abiertos y a las aves que parecen vigilarla; tiene sueños en los que percibe los objetos más comunes desde ángulos extraordinarios y, según escribe en su diario, su cuerpo registra los avances de una extraña transformación. Entonces una joya de origen desconocido aparece en su bolso y la realidad se tambalea; aquí y allá descubre signos que parecen comprobar su metaformofis: su compañero es testigo de su inquietud y la mascota le gruñe de manera agresiva, por no hablar de la necesidad, cada vez más intensa, de tomar el sol.
Con inmensa sensibilidad, la prosa de Daniela Tarazona explora con elegancia una zona poco iluminada de la condición contemporánea; nos plantea dos preguntas: ¿el diario de la protagonista señala el origen de una nueva especie o el camino a la locura? y, ¿podría sobrevivir en este mundo un monstruo aquejado por la fragilidad emocional de los seres humanos?
Álvaro Enrigue, uno de sus primeros lectores, describe esta novela como la mezcla equilibrada de una imaginación culta y decadente, una prosa clínica y una historia voraz.
La literatura fantástica recupera aquí el esplendor que la hizo el género más vibrante de las letras hispanoamericanas.