El ALBOROTO DE LOS PÁJAROS fue el último de sus títulos que John Ashbery (1927-2017) vio publicado en vida. A sus casi noventa años, después de haber escrito otros veintisiete volúmenes de poesía, una novela, tres obras de teatro y varias antologías de ensayos y traducciones del francés, y de haber recibido todos los premios y honores literarios del mundo anglosajón, desde la Medalla Robert Frost hasta el National Book Critics Award for Poetry, pasando por el Pulitzer, el anciano poeta compuso una elegía involuntaria que sintetiza de algún modo su quimérica aspiración a reflejar en la página, en el poema, la experiencia vital sin filtros, tal como la mente la percibe, la entiende o simplemente la experimenta.
El poeta dedicó su vida entera a profundizar en la elaboración de «la experiencia de la experiencia», a soñar y olvidar para más adelante recordar y dejar constancia de lo percibido, o de lo meramente intuido.
Este libro puede leerse como un análisis sobre nuestra pobre percepción del paso del tiempo, una meditación sobre la fugacidad y la incapacidad para apreciar plenamente el momento presente que ya ha dejado de serlo.
Lo mejor que puede hacer el lector, lejos de buscar explicaciones o conclusiones, es zambullirse en El alboroto de los pájaros sin ideas preconcebidas y dejar que las palabras le permitan experimentar el triunfo sensorial de la poética del fracaso de John Ashbery, reencontrándose entre ellas con el poeta plenamente vivo.